Un viaje a las Islas Georgias, Mar de Wedell finalizando en dirección norte hasta el Archipiélago Tristán da Cunha y la Isla Ascensión, con posibilidad de continuar el crucero hasta las costas de Cabo Verde.
La travesía comienza en Ushuaia, como la gran mayoría de los viajes al continente blanco, en nuestro primer tramo de navegación: el Pasaje Drake. El comienzo de la ruta antártica nos lleva a pasar la Convergencia Antártica disfrutando de un avistaje completo de petreles y albatros.
Luego anclamos el barco para ir a investigar la Islas Georgias del Sur. Sobre la costa sur iremos hacia la famosa estación ballenera de Grytviken, pudiendo visitar la tumba de Ernest Shakleton, quien logró la hazaña más importante de toda la humanidad y jamás superada por otra persona, al cruzar en 36 horas las Islas Georgias, de dirección norte a sur. Nuevamente pasamos por el límite geográfico de la Convergencia Antártica, para comenzar nuestra aventura en el Océano Atlántico. Nuestro primer destino es la Isla de Gough, donde se puede observar un paisaje magistral rodeado de una vida silvestre pocas vistas en otras partes del mundo. Llegar acá es un privilegio que pocos se pueden dar. La Isla de Gough se la conoce más comúnmente como Gonçalo Alvares. Luego en el archipiélago Tristán da Cunha tratamos de desembarcar en Isla Nightingale, que la isla más grande del archipiélago, rodeados de una cantidad innumerable de aves marinas, observando especialmente un ave en verdadero peligro de extinción, el albatros pico fino.
En los últimos días de nuestra carta de navegación nos espera el desembarco a la Isla Santa Elena, pudiendo conocer la cultura del lugar y observar distintas plantas endémicas y aves autóctonas. Aguí Napoleón Bonaparte vivió su exilio. Podremos bucear o hacer snorkel, además de practicar surf en aguas poco profundas.
Segunda Etapa Opcional: Podemos seguir navegando en la segunda etapa del viaje hacia el objetivo final de la expedición: la Isla Ascensión. Nos embarcaremos en botes zodiac parar ir a la Isla de los Pájaros. Nuestra travesía llega a su fin, aquellos que deseen volarán con la Royal Air Force (RAF) hasta Brize Norton en Oxfordshire, U.K., el resto de los pasajeros pueden seguir hacia Cabo Verde. Para los pasajeros que desembarcan en Praia, se reservarán habitaciones en el hotel local, para guardar equipaje hasta la hora de ir al aeropuerto o para alojarse si van a pasar más días en Cabo Verde.
24 días - 23 noches
Día 1 - Partida del puerto de Ushuaia
El embarco se realiza a la tarde, en el Puerto de Ushuaia, capital de Tierra del Fuego (Argentina), la ciudad más austral del mundo, situada a orillas del canal de Beagle. El barco lentamente se alejará de la costa, mostrando la pintoresca bahía y su panorámica urbana. La navegación transcurre tranquila durante toda la noche, surcando el mar rumbo las Islas Georgias del Sur.
Día 2 al 4 - Por el mar atravesando la Convergencia Antártica hacia la Isla Georgia del Sur
Proseguimos nuestra ruta de navegación en dirección oeste, atravesando la convergencia antártica, observando un gran número de aves marinas antárticas y subantárticas. La convergencia antártica es también llamada zona frontal polar de la Antártida, se trata de una línea que define un límite natural y no impuesto por el hombre, que separa las aguas frías de la Antártida de las aguas templadas de la región subantártica. Pero no sólo separa 2 superficies hidrogeológicas distintas, sino que divide 2 zonas con climas diferentes con vida marina también disímil. Esperamos tener viento a favor para poder navegar en dirección norte hacia el Océano Atlántico. A ambos lados de la Convergencia Antártica, observamos muchas especies y un gran número de aves marinas antárticas y subantárticas.
Día 5 al 7 - Isla Georgia del Sur, Llanura de Salisbury: Pingüino Rey & Albatros Errante
En estos días comenzamos nuestra visita a las Islas Georgias del Sur. Vamos en busca de las principales colonias de pingüinos rey de la Antártida. El final de la temporada es un momento perfecto para ver a los pingüinos rey con sus crías recién nacidas. El movimiento de las colonias es justo en esta época del año, algo que se nota por el ferviente movimiento que hay desde la playa al mar. La llanura de Salisbury es el punto indicado para observar este escenario natural único. A la gran colonia de pingüinos rey lo acompañan elefantes marinos y un sinfín de crías de de lobos de un pelo que surfean en las olas.
En la isla Prion, cerrada al turismo en época de apareamiento que es desde fines de noviembre a comienzos de enero podemos ver crías de albatros errantes. También vamos a hacernos de tiempo para conocer el viejo asentamiento ballenero en Grytviken, donde actualmente sus habitantes son los pingüinos que deambulan por las calles. En Grytviken hoy encontramos un museo pequeño y es el lugar donde se halla la tumba de Sir Ernest Shackleton que está enterrado aquí junto a su amigo de confianza y compañero Frank Wild. Buscamos también desembarcar en Puerto del Oro y St Andrews Bay cuyos paisajes fantásticos nos dejan perplejos y la alta densidad de fauna antártica es inimaginable, aunque como dice su nombre los pingüinos rey son verdaderamente amos del lugar. Finalmente no podemos dejar las Georgias sin dejar de contemplar esa obra natural perfecta como es el fiordo Dryglaski.
Las condiciones metereológicas van a determinar las zonas que podremos visitar en las Georgias del Sur y en donde podremos efectuar actividades. Los destinos a visitar pueden ser:
- Planicie Salisbury, Bahía St. Andrew’s, Gold Harbour Estas zonas no solo albergan las tres colonias más grandes de pingüinos rey en el sur de Georgia, sino también tres de las playas de reproducción más grandes de lobos marinos antárticos del mundo. Literalmente, millones de lobos marinos antárticos se reproducen en el sur de Georgia durante diciembre y enero. Solo durante la temporada media alcanzan su punto máximo en su ciclo de reproducción. Observe a los lobos grandes monitorear constantemente (y ocasionalmente pelear) sobre territorios donde docenas de hembras acaban de dar a luz o están a punto de dar a luz. Observe sus pasos y manténgase fresco cuando camine por las playas durante este tiempo.
- Grytviken En esta estación ballenera abandonada, los pingüinos Rey recorren sus calles y los elefantes marinos habitan en sus alrededores como si fueran los dueños del lugar – básicamente porque lo son. Aquí es posible visitar el museo de Georgias del Sur y la tumba de Shackleton.
- Bahía Cooper Es una pequeña isla cubierta de arbustos ubicada al sureste de la isla San Pedro, en el sur de Georgia, a solo 3 km de largo, al norte de la entrada al Fiordo Drygalski. El Canal Cooper es navegable y separa la isla del mismo nombre de la isla de San Pedro. Un área libre de roedores, ha sido seleccionada como área de protección especial por una amplia variedad de aves marinas como el petrel gigante, albatros, patos piquidorados, pingüinos Gentoo y, en particular, la presencia de un importante Colonia de pingüinos macarrones. Es un área favorable para navegar en botes Zodiac.
- Puerto Moltke El Puerto Moltke se encuentra en Royal Bay (en español se llama Bahía Paz), este sitio pintoresco te brinda la oportunidad de poder observar una importante colonia de pingüinos rey que eligieron como hábitat natural este bello lugar. La Bahía Paz está entre los cabos Charlotte y Harcourt, en el sudeste de la Isla San Pedro que compone el archipiélago de las Islas Georgias del Sur No solo viven pingüinos rey, también localizmos pingÚinos papúa y cormoranes imperiales. James Cook en 1775 descubre dicha bahía, el puerto lleva el nombre del buque alemán SMS Moltke que en 1882 ingresó a la isla San Pedro en una expedición correspondiente al Año Polar Internacional.
Día 8 al 12 - En el mar
Ahora entramos en aguas subtropicales rodeados de aves marinas y delfines.
Día 13 - Isla de Gough & Bahía Quest
Hoy tenemos la intención de acercarnos a la isla de Gough. Trataremos de navegar en botes Zodiac por Quest Bay, que es muy difícil y siempre debemos estar acompañados por un buen tiempo. Gough Island es una reserva natural de protección estricta y los desembarcos no están autorizados. En años anteriores hemos conseguido circumnavegar la isla, excepto menos cuatro millas de la circunferencia de 33 millas de la isla, viendo un paisaje espectacular y una abundancia sin precedentes de la vida silvestre. Nos sentimos muy privilegiados de estar entre los pocos visitantes que han podido experimentar estar en la isla de Gough y en particular, para verlo desde tan de cerca y en condiciones tan favorables. Esperamos tener la suerte de repetir esta experiencia única con usted. Es también conocida con el nombre de Gonçalo Alvares, el origen de estas islas es volcánico con su pico más alto el Edinburgh Peak cerca de los 1.000 metros de altura. Podremos observar pingüinos de penacho amarillo y lobos finos subantárticos.
Día 14 al 17 - Archipiélago Tristán da Cunha
En el archipiélago de Tristán da Cunha llegamos hasta un asentamiento que se encuentra en el sector oeste de la isla principal. También vamos a tratar de desembarcar en Isla Nightingale con millones de aves marinas, destacándose el albatros pico fino, que está en grave peligro de extinción. En estos días nos cubrimos por si llegara a haber mal tiempo y tomamos un día de margen. Este archipiélago es de soberanía británica y está formado por varias islas, la más grande es Tristán da Cunha, la otra isla importante es Nightingale y el resto son directamente inaccesibles y se encuentran deshabitadas. Estas islas son muy conocidas por la diversidad de aves, como pingüinos de penacho amarillo, albatros, petreles, escúas y gaviotines. La idea es desembarcar por el sur de la isla, en Bahía Seal o por el este, en Punta Sandy. Observamos albatros, lobo fino subanta´rtico, charranes pardos, etc.
Nota: Consideramos tomarnos un día de reserva en caso de existir el mal tiempo. Tenga en cuenta que vamos a intentar desembarcar, sin embargo, debido a las condiciones climáticas no es siempre posible. Desde que empezamos esta expedición Odisea del Atlántico en 1998 no pudimos hacer tierra el 30% de los viajes en el archipiélago de Tristán da Cunha, debido al tiempo desfavorable.
Día 18 al 21 - En el mar por aguas subtropicales
Ahora entramos en aguas subtropicales rodeados de aves marinas y delfines.
Día 22 al 24 - Isla Santa Elena
Vamos hacia la Isla Santa Elena ya que se puede hacer un buen anclaje y es un lugar ideal para detenernos. Desembarcamos en Jamestown, para disfrutar de la cultura lugareña, en general nos acompaña un clima agradable, rodeado de plantas endémicas y de aves autóctonas. Vamos a visitar el lugar donde Napoleón vivió yfalleció en el exilio: La Casa Longwood. Habrá oportunidades para explorar la isla por cuenta propia y podremos bucear si lo deseamos, haciendo snorkel, además de hacer surf en aguas poco profundas, en un sitio donde podemos encontrar una gran cantidad de peces.
Santa Elena pertenece al mismo territorio de la Isla Ascensión y el archipiélago de Tristán da Cunha, todas islas volcánicas con mucha pendiente, siendo el punto más alto Queen Mary's con más de 2.000 metros en Tristán da Cunha. El clima que reina en la Isla Santa Elena es tropical-templado gracias a la influencia del mar, a diferencia de Tristán da Cunha que es menos templada. Por la tarde, el barco parte a la segunda etapa del viaje: La isla Ascensión y Praia en Cabo Verde, donde también puede desembarcar. Los que no continuen el viaje desembarcan para tomar el vuelo de regreso a Europa.
Segunda Etapa: Este viaje puede contratarse sólamente hasta el día 23 llegando a la isla de Santa Helena, pero puede contratarse la segunda etapa. Aquellos que finalicen el viaje serán trasladados al nuevo aeropuerto de Santa Helena para tomar el vuelo a Europa. El resto de los pasajeros que continúan la segunda etapa del viaje hacia la Isla Ascensión y Cabo Verde, permanecen en el barco. La segunda etapa es de 10 días 9 noches y une Santa Elena con Cabo Verde. El itinerario de esta segunda etapa se llama: ODISEA ATLANTICA - DE SANTA ELENA A CABO VERDE.
Información General
Una mirada a Santa Elena desde sus montañas y llanuras
Visitar una de las islas más remotas del planeta ya es una experiencia fascinante; pisar su suelo, recorrer sus senderos y contemplar su geografía volcánica, es otra dimensión. La isla tropical de Santa Elena, deshabitada hasta su descubrimiento por navegantes portugueses en 1502, combina paisajes de exuberante vegetación con un relieve escarpado e imponente. Desde caminatas suaves por las llanuras del interior hasta desafiantes rutas que atraviesan valles profundos, bahías solitarias y acantilados vertiginosos con vistas inolvidables, la isla ofrece una rica variedad de itinerarios para quienes la exploran a pie. Las principales rutas están descritas en detalle en guías especializadas, como Exploring St. Helena: A Walker’s Guide, de Laurence Carter e Ian Matheson.
Sitios para visitar en Santa Helena
Jamestown
Situada entre acantilados volcánicos y conectada al interior por empinadas carreteras, Jamestown es la pintoresca capital de Santa Elena y el principal puerto de entrada a la isla. Fundada en 1659, conserva una atmósfera colonial única, con arquitectura georgiana bien preservada, calles estrechas y fachadas coloridas que reflejan siglos de historia británica en medio del Atlántico Sur. La ciudad, con una población de alrededor de 1.000 habitantes, ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Entre sus principales atractivos se encuentra el Museo de Santa Elena, que ofrece una visión profunda sobre la historia geológica, cultural y natural de la isla, incluyendo su flora endémica, fauna marina, y el exilio de Napoleón. Otro sitio destacado es Jacob’s Ladder, una escalera recta de 699 escalones que conecta el puerto con la meseta superior: subirla es un desafío, pero las vistas desde la cima lo justifican.Casa Longwood
En el corazón del altiplano verde de Santa Elena se encuentra Longwood House, la residencia donde Napoleón Bonaparte vivió en exilio sus últimos años, entre 1815 y 1821. La casa ha sido restaurada meticulosamente y conserva muchos objetos personales del emperador, así como mobiliario original. Administrada por Francia, Longwood es un lugar de profundo significado histórico, no solo por su conexión con el destino de Napoleón, sino también por ser un testimonio de la política global del siglo XIX. El entorno natural que la rodea, con jardines bien cuidados y vistas abiertas hacia el Atlántico, agrega un aire contemplativo al recorrido.
Otros lugares de interés cercanos
- Plantation House: La residencia oficial del gobernador, famosa por albergar a Jonathan, la tortuga gigante más longeva del mundo. Ubicada en un entorno rural al oeste de Jamestown, Plantation House es la residencia oficial del gobernador de Santa Elena desde finales del siglo XVIII. La construcción, de estilo georgiano, está rodeada de jardines formales y un extenso terreno verde que se abre paso entre árboles centenarios y suaves colinas. Aunque el edificio en sí no suele estar abierto al público, sus exteriores son accesibles y constituyen un punto de interés histórico y natural para quienes visitan la isla. El mayor atractivo del lugar es sin duda Jonathan, la tortuga gigante de Seychelles que vive en los jardines de Plantation House. Jonathan no solo es una figura emblemática de Santa Elena, sino también un símbolo viviente del paso del tiempo: nació hacia 1832, lo que lo convierte en el animal terrestre más longevo del que se tenga registro. Actualmente supera los 190 años de edad. Jonathan ha vivido en la isla desde fines del siglo XIX, cuando fue traído como regalo diplomático. A pesar de su avanzada edad, continúa llevando una vida tranquila bajo el cuidado de los habitantes de la isla y con supervisión veterinaria. Se lo puede ver con frecuencia en los jardines, compartiendo el espacio con otras tortugas gigantes más jóvenes. Su longevidad y serenidad se han convertido en parte del imaginario cultural de Santa Elena, donde su presencia se considera una conexión viviente con eventos históricos lejanos, desde la época colonial hasta la actualidad. El área alrededor de Plantation House también permite observar aves endémicas, como el St. Helena Plover (localmente conocido como wirebird), el ave nacional de la isla, en peligro de extinción.
- Fuerte High Knoll: Situado en la cima de una colina a unos 584 metros sobre el nivel del mar, el Fuerte High Knoll es la mayor fortificación construida en Santa Helena. Su ubicación estratégica ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la isla, abarcando desde Jamestown hasta los valles interiores y la costa del Atlántico sur. El fuerte fue construido en 1799 por los británicos como parte de un sistema defensivo destinado a proteger la isla de posibles invasiones extranjeras durante el periodo de las guerras napoleónicas. Posteriormente, fue reconstruido en 1874, adoptando una forma circular característica que aún puede apreciarse hoy en sus ruinas. A lo largo de su historia, el Fuerte High Knoll ha cumplido diversas funciones: fue cuartel militar, centro de vigilancia, e incluso lugar de cuarentena para animales en el siglo XIX. Aunque actualmente se encuentra en estado ruinoso, muchas de sus estructuras de piedra permanecen en pie, permitiendo imaginar su antiguo esplendor. El ascenso al fuerte se puede realizar a pie por senderos bien señalizados que atraviesan paisajes de vegetación autóctona y colinas escarpadas. Al llegar a la cima, los visitantes son recompensados con vistas abiertas hacia todos los puntos cardinales, lo que convierte a High Knoll en uno de los miradores naturales más imponentes de Santa Helena. Además de su interés histórico y paisajístico, el sitio también es valorado por su atmósfera de aislamiento y silencio, evocadora del pasado militar y colonial de la isla.
- Valle de Heart-Shaped Waterfall: Ubicado en una zona escarpada y poco transitada del interior de Santa Helena, el Valle de Heart-Shaped Waterfall (Cascada en forma de corazón) es uno de los parajes más cautivadores y secretos de la isla. Esta cascada, que se desploma desde una considerable altura entre formaciones rocosas cubiertas de vegetación, toma su nombre del perfil que dibuja su caída de agua cuando se la observa desde determinados puntos elevados del sendero. El acceso al valle requiere una caminata de dificultad moderada a través de senderos estrechos rodeados de helechos, musgos y laderas húmedas, en un entorno que transmite aislamiento y serenidad. La ruta es ideal para quienes buscan un contacto íntimo con la naturaleza sin las distracciones del turismo masivo. Al llegar al corazón del valle, el murmullo constante del agua y la atmósfera envolvente crean una experiencia contemplativa difícil de olvidar. Este rincón escondido de Santa Helena es también un hábitat para aves endémicas y especies vegetales raras, lo que lo convierte en un pequeño refugio ecológico. Aunque no es un sitio ampliamente promocionado, forma parte de las caminatas recomendadas por los locales para quienes desean conocer la cara más tranquila y natural de la isla. Visitar el valle y su cascada es una invitación a detenerse, observar y escuchar, en una isla que sigue ofreciendo sorpresas a cada paso.
Visita a los Rockhoppers en Santa Helena
Aunque Santa Helena no es mundialmente conocida por su fauna antártica, las islas del archipiélago de Tristán da Cunha, que forman parte del territorio británico de ultramar junto a Santa Helena, albergan colonias únicas de fauna marina, entre ellas el carismático pingüino saltarrocas (rockhopper). Esta especie, reconocible por sus plumas amarillas a los costados de la cabeza y su andar ágil entre rocas, se encuentra en estado de conservación vulnerable a nivel global. Los rockhoppers se reproducen en varias de las islas más remotas del Atlántico Sur, incluidas Tristán, Inaccesible, Gough y Nightingale. Si bien la observación directa de estas aves no es habitual en Santa Helena misma, los viajeros que llegan hasta Nightingale Island —una de las islas más inaccesibles pero fascinantes del grupo— pueden experimentar el privilegio de ver de cerca a estas aves en su hábitat natural. Durante los meses de reproducción, los pingüinos ocupan zonas rocosas cercanas a la costa, donde anidan en colonias densas y activas. El acceso a la isla suele realizarse con expediciones científicas o autorizaciones especiales, ya que su ecosistema es extremadamente frágil. Sin embargo, quienes logran desembarcar allí disfrutan de un espectáculo natural único: cientos de pingüinos moviéndose entre piedras volcánicas, emitiendo sonidos agudos y realizando su característico “salto” de roca en roca. Este tipo de encuentro recuerda cuán aislados y preciosos son los ecosistemas del Atlántico Sur. La protección de especies como el rockhopper es parte de los esfuerzos de conservación que se desarrollan en las islas más remotas del planeta, y visitar sus hábitats naturales —siempre con el debido respeto— es también una forma de tomar conciencia de su fragilidad.
Isla Nightingale
La isla Nightingale forma parte del remoto archipiélago de Tristán da Cunha, cuya isla principal —y única habitada— es precisamente Tristán da Cunha, considerada la comunidad más aislada del mundo. Nightingale se encuentra aproximadamente a 40 kilómetros al suroeste de Tristán da Cunha y a unos 23 kilómetros al sureste de la isla Nightingale.
Historia eruptiva de la isla
De origen volcánico, las islas del archipiélago han experimentado diversas erupciones a lo largo del tiempo. La más reciente ocurrió en 1961, obligando a la población de Tristán da Cunha a evacuar temporalmente a la isla Nightingale antes de ser trasladada al Reino Unido. Nightingale mide cerca de 2,5 km de largo por 1,5 km de ancho, lo que la convierte en la más pequeña de las cuatro islas principales del grupo. Su nombre proviene del capitán británico Gamaliel Nightingale.
Una isla de extraordinaria biodiversidad
A pesar de su reducido tamaño, Nightingale alberga una notable densidad de fauna, especialmente de aves. BirdLife International la ha declarado Zona de Importancia para la Conservación de las Aves (IBA). En ella anidan millones de aves marinas, incluidas 125.000 parejas reproductoras de pingüinos saltarrocas del norte, así como pardelas grandes, albatros tiznados, albatros narigudos atlánticos y pato-petrel piquianchos. También se encuentran dos especies de petreles y varias aves endémicas. Entre estas, destacan dos de las más raras del mundo, exclusivas de esta isla: el escribano ruiseñor, con una población estimada en 4.000 parejas, y el escasísimo escribano de Wilkins, del cual apenas subsisten unas 85 parejas.
Santa Elena: un refugio remoto para aves y observadores de aves
A pesar de la extinción de la mayoría de sus especies de aves autóctonas, la isla volcánica de Santa Elena sigue siendo un paraíso para los observadores de aves y fotógrafos de fauna silvestre. BirdLife International ha reconocido a Santa Elena como un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (IBA), debido a la notable presencia de aves marinas reproductoras que encuentran en sus costas acantiladas un hábitat seguro y aislado. Entre las especies que anidan regularmente en la isla se encuentran los noddies (aves marinas de plumaje oscuro y elegante), los charranes, diversos tipos de petreles y las llamativas aves tropicales de pico rojo. Estos visitantes alados utilizan las plataformas rocosas, riscos y barrancos inaccesibles como refugio para criar lejos de los depredadores terrestres.
Sin embargo, la verdadera joya ornitológica de Santa Elena es su única especie endémica aún existente: el chorlitejo patinegro de Santa Elena (Charadrius sanctaehelenae), coloquialmente conocido como "wirebird" o "ave de alambre" por la forma delgada y arqueada de sus patas. Esta pequeña ave zancuda, símbolo de la isla, habita en las zonas abiertas del interior y es objeto de proyectos locales de conservación, ya que su población permanece en estado vulnerable. Santa Elena ofrece a los aficionados a la observación de aves la posibilidad de explorar un entorno único, donde las aves marinas y costeras coexisten con una historia natural y humana profundamente ligada al aislamiento y la resiliencia del ecosistema insular.
Cultura de Tristán da Cunha
La vida en Tristán da Cunha gira en torno a Edimburgo del Atlántico Sur, el único asentamiento habitado del archipiélago y uno de los pueblos más remotos del planeta. Esta comunidad de unos 250 a 300 habitantes se encuentra al pie de un volcán de 2.060 metros de altura, cuyo cráter domina el horizonte y forma parte inseparable del paisaje y la identidad local. Fundada en el siglo XIX y bautizada en honor al duque de Edimburgo, esta pequeña aldea es el corazón social y cultural de la isla. Las casas de piedra y techos a dos aguas, organizadas en una sencilla cuadrícula, conviven con jardines, corrales y pasturas abiertas donde se crían ovejas y se cultivan hortalizas. No hay aeropuerto, y la única conexión con el mundo exterior es por mar, a través de buques de suministro que tardan varios días en llegar desde Sudáfrica.
Aislados geográficamente, los isleños han desarrollado una forma de vida autosuficiente y solidaria, basada en una economía de subsistencia, la pesca de langosta, la cooperación comunitaria y una profunda conexión con la tierra y el mar. La población actual desciende de un pequeño grupo de colonos europeos y marineros náufragos, lo que ha dado lugar a una sociedad con apellidos compartidos, un fuerte sentido de pertenencia y tradiciones culturales bien preservadas. Los habitantes de Tristán valoran su herencia británica, pero también celebran su singularidad con fiestas locales, prácticas artesanales y una lengua que mezcla el inglés con modismos propios. La escuela, la iglesia anglicana y un centro comunitario son pilares fundamentales de la vida diaria. Visitar Edimburgo del Atlántico Sur no es solo una experiencia geográfica, sino un viaje al corazón de una comunidad resiliente que ha sabido florecer en el aislamiento más extremo del mundo.
Mapa de Ruta
Servicios
Servicios incluídos:
- El viaje a bordo del buque mencionado como indica en el itinerario.
- Todas las comidas durante el viaje a bordo del buque incluyendo bocadillos, café y té.
- Todas las excursiones y actividades en botes Zodiac durante el viaje.
- Programa de charlas por notables naturalistas y liderazgo a cargo de equipo de expedición experimentado.
- Uso gratuito de botas de goma y de raquetas de nieve.
- Traslado de equipaje desde el punto de recogida hasta el barco el día de embarque, en Ushuaia.
- Todos los impuestos de servicios y portuarios durante el programa.
- Material de comprensión previo a la partida.
Servicios no incluídos:
- Ninguna tarifa aérea ya se en vuelos regulares o chárter.
- Gestiones previas o posteriores en tierra.
- Gastos de pasaporte y visa.
- Impuestos gubernamentales de arribo y partida.
- Comidas en tierra.
- Equipaje, cancelación y seguro personal (muy recomendado).
- Cargos por exceso de equipaje y todos los ítems de índole personal como lavandería, bar, cargos de bebidas y cargos de telecomunicaciones.
- La propina al final del viaje para los camareros y demás personal de servicio abordo (se proveerán directrices).